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La dermatitis atópica también conocida como eczema atópico, es una enfermedad inflamatoria que se caracteriza por sequedad, picor, irritación e infección de la piel. Presenta unas lesiones de morfología y distribución específicas que varían según la edad. Sus causas son múltiples, desde la predisposición genética, que favorece alteraciones inmunológicas y de la función barrera cutánea, hasta los factores ambientales que modifican su expresión. Esta patología es muy frecuente en lactantes y niños aunque también aparece en adultos.
La dermatitis atópica puede empeorar en varias situaciones como cuando hay estrés o ansiedad, en invierno o debido a cambios bruscos de temperaturas, cuando la piel está seca, o al utilizar productos no específicos para estas pieles.
Debido a las bajas temperaturas, la proteína filagrina de la barrera cutánea se ve alterada lo que produce una disminución de su función. Esto provoca una disminución de la hidratación y un aumento de la sequedad de la piel. La sequedad conlleva picor, este el rascado y consecuentemente la aparición de brotes y eccemas, produciéndose así un círculo vicioso. Por ello es importante evitar los cambios bruscos de temperaturas y proteger la piel con cremas específicas para pieles atópicas. Si la piel está bien hidratada puede defenderse mejor del frío. Por ello la aplicación diaria de cremas hidratantes o emolientes en todo el cuerpo puede reducir las manifestaciones de la dermatitis atópica.
En invierno debemos abrigarnos pero no demasiado ya que el exceso de ropa nos puede causar sudoración que es perjudicial para las pieles atópicas. También debemos prestar atención al elegir la ropa, ya que todos los tejidos no son adecuados para estas pieles. Debemos evitar el uso de lana y de fibras sintéticas ya que pueden ser irritantes. El mejor tejido para estas pieles es el algodón ya que es un tejido agradable y ligero, deja respirar a la piel y no produce picor ni irritación. Es recomendable no llevar la ropa muy ajustada y también recortar las etiquetas y evitar costuras que puedan rozar la piel.
El cambio climático puede perjudicar a las pieles atópicas. El clima frío y seco puede producir un incremento del número de brotes. Sin embargo, los climas húmedos y tropicales son más beneficiosos para la piel atópica.
En invierno pasamos muchas horas en el interior con la calefacción puesta a elevadas temperaturas y esto produce una disminución de la humedad del ambiente a la vez que se favorece la sudoración. Esto provoca falta de elasticidad, sequedad y fragilidad de las pieles atópicas. Para favorecer que el ambiente no sea seco es recomendable utilizar humidificadores https://www.boticas23.com/tipo/salud/cuidado-respiratorio/humidificadores y mantener una humedad ambiental del 50%. La temperatura ideal seria alrededor de los 20º.
En Boticas23 disponemos de una gran variedad de productos para mantener la piel hidratada y protegida como:
También disponemos de otras marcas para cubrir las necesidades de las pieles atópicas como son Atoderm, Nutratopic, Mustela stelatopia
